Un autoeditor no tiene que ser, necesariamente, un todoterreno de las artes, un genio polivalente que escribe y edita su libro, un experto en maquetación, un diseñador gráfico creativo, un corrector minucioso. Lo mínimo que ha de tener como autor son cualidades para escribir un libro que se aguante en el papel.

Pero, para que el intenso trabajo de escribir no quede deslucido por la labor de edición, si el autoeditor quiere no solo autoeditar unas hojas de papel encuadernadas e impresas y llamarle libro, sino una autoedición de calidad, tiene que plantearse externalizar dichos servicios y subcontratarlos a terceros buenos profesionales y, no por ello, deja de ser un autoeditor.

Esta claro que todo esta externalización de la edición supone una inversión económica pero, al fin y al cabo, ¿qué valor tiene tu obra a la que has dedicado tu inspiración y esfuerzo? No te arrepientas en el futuro de una maquetación infantil, de una portada horrible por ahorrarte unos euros en la edición con profesionales.

¿Qué subcontratar como autoeditor?

Al final, pocos te van a felicitar por la edición de tu libro si lo has hecho tu mismo, sino por el contenido de lo que has escrito. Recuerda que eres primero un escritor y no un diseñador de tu obra.

Carles Valls, publicarunlibro.com

 

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